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Tras el apagón, España abandonó técnicamente la energía eólica y solar

Los propietarios de parques solares españoles generaron esta semana la mayor cantidad de electricidad del año, pero están luchando con los bajos precios de la energía de primavera y una gran cantidad de recortes de suministro eléctrico causados ​​por un desequilibrio entre la oferta y la demanda durante las horas pico del día. Este fenómeno, que es común en abril, mayo y junio de cada año, tiene este año un nuevo factor importante añadido. Tras el apagón, el operador del sistema eléctrico (REE) optó por la respuesta más razonable: poner en marcha las centrales de ciclo combinado de gas que inicialmente estaban paradas para asegurar la estabilidad del sistema y minimizar la posibilidad de otro gran apagón. La otra cara de esta medida es un aumento en la restricción de las tecnologías de energía renovable (eólica y solar).

“El fenómeno de restricción ya existía, pero con el actual modo de fortalecimiento del sistema eléctrico, la entrada de plantas de energía a gas ha aumentado significativamente, desplazando la producción de energía eólica y solar fotovoltaica”, confirmó Javier Revuelta, de la consultora energética Afry. “Además de las restricciones económicas habituales en primavera (en los días en que la demanda es inferior a la oferta), se han producido restricciones técnicas desde los apagones, debido a la puesta en marcha de nuevas centrales eléctricas de ciclo combinado a gas”.

Para ponerlo en perspectiva, Revuelta estima que alrededor de 2 GW de plantas de energía de ciclo combinado a gas se conectan al sistema cada día debido a limitaciones tecnológicas. Con la incorporación de estas nuevas potencias, según sus datos, la tasa de reducción de la energía eólica en lo que va de mayo es de alrededor del 11%, y la tasa de reducción de la generación de energía solar fotovoltaica es de alrededor del 8%. «No os asustéis porque no es una cifra muy grande, pero sí más alta de lo habitual».

Desde el apagón del 28 de abril, los patrones de producción han cambiado. De los datos que dispone la industria, actualmente se utiliza más electricidad que la generada por turbinas, dando así estabilidad al sistema: se trata de centrales de ciclo combinado a gas, centrales nucleares, centrales hidroeléctricas y centrales termosolares.

En un día cualquiera desde el apagón, el uso de energía nuclear se ha mantenido más o menos constante en un 17%, las plantas de ciclo combinado a gas en alrededor de un 9,5%, otro 4,5% proveniente de cogeneración y una pequeña cantidad de energía solar térmica. La energía hidroeléctrica es una fuente de energía de uso flexible, con su proporción ascendente y descendente, y se utiliza principalmente para regular el sistema, especialmente durante el período actual de abundancia de recursos hídricos: alrededor de las 13:00 del mediodía, cuando el sol es más abundante, la proporción de uso de energía hidroeléctrica es la más baja, representando solo el 10% de la estructura energética. Dicho de otro modo: la red eléctrica nacional española (REE) depende en un 40% de energía estable para sustentar el sistema, una proporción mucho mayor que en las semanas previas al apagón, cuando la energía estable representaba solo alrededor del 20%.

«La Red Eléctrica Nacional Española está tomando todas las medidas posibles para garantizar que no vuelvan a ocurrir accidentes similares», afirmó con vehemencia una fuente del sector. “Esto es para garantizar el pleno cumplimiento de los parámetros técnicos de voltaje, frecuencia e inercia”, agregó.

Antes del 28 de abril, la reducción técnica en la generación de energía fotovoltaica era de solo el 5% o menos, pero ahora ha habido muchos días con una reducción de más del 20%. Las cifras más recientes conocidas sugieren una reducción de entre el 8% y el 10%. En el caso de la energía eólica, el ratio de reducción anterior estaba entre el 10% y el 15% del importe correspondiente al mercado, pero después del gran apagón, el ratio de reducción ha alcanzado el 20%.

Anteriormente, el gobierno pretendía minimizar estos recortes para aprovechar los bajos precios de la energía renovable y reducir las emisiones. Pero los datos muestran claramente que el sistema se ha vuelto más estricto en el uso de la energía eólica y solar, ya que estas tecnologías no pueden proporcionar estabilidad a la red porque no dependen de turbinas para generar electricidad. Estas reducciones son aún mayores si tenemos en cuenta la reducción en la generación fotovoltaica debido a los días consecutivos de lluvia posteriores al apagón.

Al mismo tiempo, esto también genera costes adicionales que deben añadirse al precio final de las subastas diarias en el mercado mayorista. Porque obligan al sistema a recurrir a centrales de ciclo combinado de gas o a centrales hidroeléctricas regulables, que siempre están disponibles pero que en general son bastante más caras que la eólica y la solar fotovoltaica (sobre todo la solar, que es la tecnología más limpia y económica). Estas denominadas “restricciones técnicas” suelen producirse cuando la generación de energía solar aumenta debido a las condiciones climáticas. Por lo tanto, aunque el precio en el mercado estos días estaba algo por encima de los 10 euros, debido a estas restricciones, el precio final ha superado los 40 o 50 euros.